"La inbecibilidad consciente" La historia no avanza. Da vueltas. Se disfraza, se adorna, pero siempre acaba en el mismo punto: una bala en la espalda, una orden dada desde una mesa limpia, una madre que busca a su hija entre cuerpos anónimos. Queridos camaradas no es una película sobre el pasado, es un espejo del presente. En 1962, en Novocherkassk, una protesta por pan y trabajo se pagó con sangre. ¿Y hoy? Hoy se protesta por aire limpio, por agua, por techo, y se paga con balas de goma, desapariciones, guerras perpetuas. La inbecibilidad no es torpeza. Es política. Es el arte de no escuchar. Es la capacidad de convertir un sistema en una trampa, donde hasta los fieles acaban colgados del mismo gancho que defendían. Da igual si se llama comunismo, neoliberalismo, teocracia o democracia blindada. Cuando el poder se perpetúa sin rostro humano, todo se pudre. Nada ha cambiado mientras haya guerra obligatoria, mientras los dictadores se sienten eternos, mientras la libertad s...
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