Tal vez, más que mirar el pasado como una utopía perdida o como un desastre inevitable, lo que hace falta es rescatar lo que pudo haber sido diferente, lo que quedó enterrado bajo siglos de imposición
Bueno, la pregunta es:¿pudieran haber llegado al Nuevo mundo descubierto por Colón desde Alaska Canadá Estados Unidos hasta la parte de Sudamérica pudieran haber llegado antes o eso creo que se dice los vikingos?
Hay evidencia de que los vikingos llegaron a América del Norte mucho antes que Cristóbal Colón. Se han encontrado restos arqueológicos en L'Anse aux Meadows, en Terranova (Canadá), que confirman que los nórdicos establecieron un asentamiento allí alrededor del año 1000 d.C., casi 500 años antes de la llegada de Colón en 1492. Este asentamiento está asociado con las sagas islandesas, que hablan de un lugar llamado Vinland, descrito por los vikingos como una tierra rica en recursos.
Sin embargo, no hay pruebas de que los vikingos hayan viajado mucho más al sur, hasta Sudamérica. Su exploración parece haber sido limitada a la costa noreste de América del Norte. Aunque hay teorías que sugieren la posibilidad de contactos esporádicos con otras regiones, no hay evidencia arqueológica sólida que lo confirme.
Otros grupos pudieron haber llegado a América antes de Colón, como los polinesios, que según algunos estudios habrían tenido contacto con poblaciones indígenas sudamericanas antes del siglo XV, pero esto sigue siendo debatido.
También es posible que los grupos indígenas de Sudamérica dentro de su condición de nómadas cómo fueron los indígenas de Guatemala cuando subían hacia el norte de México en busca del peyote entonces, según cuenta Castaneda en las enseñanzas de Don Juan hubieran llegado a contactar con ellos bueno por el lado norte y contacto de la llamada América Lati
Es una posibilidad interesante. Se sabe que muchas culturas indígenas de América tenían redes de intercambio y migración que abarcaban grandes distancias. Los mayas, por ejemplo, comerciaban con pueblos de México y más al norte, mientras que los mexicas (aztecas) tenían contactos con tribus del suroeste de lo que hoy es EE.UU.
El caso del peyote es particularmente relevante. Esta planta sagrada, utilizada en rituales chamánicos, es originaria del norte de México y el suroeste de EE.UU. Grupos indígenas como los huicholes (wixárikas) han viajado tradicionalmente hacia San Luis Potosí en busca del cactus sagrado. Si los mayas o pueblos guatemaltecos realizaban viajes similares, podrían haber entrado en contacto con otros grupos al norte.
Sobre lo que menciona Castaneda en Las enseñanzas de Don Juan, sus relatos sobre chamanismo y el conocimiento indígena han sido muy influyentes, pero también controversiales. Muchos académicos dudan de la autenticidad de sus experiencias y lo consideran más una construcción literaria que un registro real de la tradición indígena. Aun así, la idea de que los pueblos de Mesoamérica y América del Norte tuvieran contacto es completamente plausible, aunque no hay pruebas directas de que llegaran hasta donde estuvieron los vikingos.
Ahora, si hablamos de intercambios aún más antiguos entre Sudamérica y América del Norte, hay estudios que sugieren que pueblos andinos como los mochicas o los incas pudieron haber tenido alguna conexión marítima con Mesoamérica. La balsa de totora, usada por los pueblos andinos, era una tecnología que permitía la navegación a grandes distancias, y hay indicios de que existía comercio entre Ecuador y México en tiempos precolombinos.
En resumen, aunque no hay evidencia de contacto entre indígenas sudamericanos y los vikingos, sí existían redes de movilidad y comercio entre los pueblos de América, lo que podría haber facilitado intercambios culturales y espirituales entre regiones distantes.
No había naves vikingas que pudieran navegar en aquella época
los vikingos tenían drakkars y knarrs, dos tipos de barcos que les permitieron explorar y comerciar por vastas regiones.
Drakkars: Eran barcos largos y rápidos, usados principalmente para incursiones y exploraciones costeras. Tenían un diseño ligero y poco calado, lo que les permitía navegar tanto en mar abierto como en ríos.
Knarrs: Eran barcos más anchos y robustos, diseñados para transportar carga y realizar viajes largos a través del Atlántico.
Gracias a estas embarcaciones, los vikingos pudieron llegar desde Escandinavia hasta Islandia, Groenlandia y luego América del Norte alrededor del año 1000 d.C. Leif Erikson, hijo de Erik el Rojo, es el explorador más asociado con la llegada a Vinland (posiblemente Terranova, Canadá).
Los vikingos tenían la tecnología para realizar viajes transatlánticos, pero no hay evidencia de que hayan explorado más allá del noreste de América. Sus viajes eran principalmente costeros y dependían de paradas en tierra para reabastecerse.
Si hubieran seguido bajando por América, podrían haber tenido contacto con indígenas de zonas más al sur, pero hasta ahora no hay pruebas arqueológicas que lo confirmen.
En aquellos tiempos las dimensiones y los mapas eran totalmente distintos y América no era América ni mucho menos luego la relación podía haberse dado dentro de la aventura antropológica
Exactamente. En aquel tiempo, el concepto de "América" como un continente unificado no existía, ni para los europeos ni para los pueblos indígenas. Las dimensiones del mundo eran percibidas de manera diferente, y la cartografía era rudimentaria o basada en relatos orales y experiencias de navegación.
Desde una perspectiva antropológica y cultural, las interacciones entre pueblos no siempre dependían de grandes conquistas o asentamientos permanentes, sino de redes de intercambio, exploración y contacto esporádico. La historia de la humanidad está llena de encuentros fortuitos y adaptaciones mutuas, aunque muchas veces no hayan quedado registros escritos o arqueológicos claros.
Si los vikingos llegaron a Vinland (Terranova, Canadá) y permanecieron allí por un tiempo, es muy posible que hayan tenido contacto con pueblos indígenas locales, como los beothuk o los innus, quienes a su vez podían estar conectados con otras tribus más al sur.
De manera similar, los pueblos indígenas de Sudamérica, que tenían sus propias rutas migratorias y de intercambio, pudieron haber llegado más al norte, ya sea buscando recursos, como el peyote, o simplemente explorando. Como mencionaste antes, si grupos mesoamericanos tenían costumbres de desplazamiento en busca de conocimiento o prácticas espirituales, es completamente posible que hayan interactuado con pueblos del norte.
El desafío para la antropología y la arqueología es encontrar pruebas concretas de estos contactos. Hay algunas pistas intrigantes, como similitudes en el arte, mitologías compartidas y ciertos objetos fuera de lugar, pero aún queda mucho por descubrir.
¿Crees que el intercambio cultural entre pueblos antiguos es una historia que aún no se ha contado del todo?
Claro que podría no haberse contado del todo pero la imposición de un mundo tan depredador y tan salvaje como el español y el cristianismo imperialista Ha desconstruido lo que podría haber sido una analogía de relaciones humanas totalmente distintas
El impacto del colonialismo español y del cristianismo imperialista fue devastador para las culturas indígenas de América. Más que un simple encuentro de civilizaciones, fue una imposición violenta de un modelo de mundo, donde la espiritualidad, la organización social y las formas de conocimiento de los pueblos originarios fueron desplazadas o destruidas sistemáticamente.
Si no hubiera existido esta depredación cultural, quizás las relaciones humanas en América se habrían desarrollado de una manera muy diferente, más basada en redes de intercambio, respeto mutuo y convivencia entre diversos grupos. Muchas sociedades indígenas tenían una relación simbiótica con la naturaleza, formas de gobierno colectivas y cosmovisiones que integraban la vida espiritual con la material sin la separación impuesta por el cristianismo occidental.
Es interesante pensar en qué tipo de historia alternativa pudo haberse dado si la exploración de América hubiera ocurrido desde una lógica de respeto e integración, en lugar de dominación y destrucción. Quizás en ese escenario, los contactos entre indígenas de distintos puntos del continente y hasta con viajeros de otros lugares, como los vikingos o los navegantes del Pacífico, hubieran generado una civilización híbrida con raíces más humanas y sostenibles.
A pesar de la colonización, muchas tradiciones indígenas han sobrevivido y resurgen con fuerza en la actualidad. Tal vez el desafío de nuestro tiempo sea reconstruir esas analogías de relaciones humanas distintas, mirando hacia el pasado para encontrar caminos más justos para el futuro.
Y sin embargo en el mundo e indígena no era todo una panacea porque se sabía que unas tribus esclavizaban a las otras incluso las exterminaban bien por las tierras o bien por los recursos que en ella hubieran.
Pero lo que no se entiende es que la interpretación que se le dio y se da al mundo salvaje por sus formas de existencia por sus formas de creencia no le sirviera para mirarse en sus creencias tan absurdas y tan impropias que ni siquiera eran de ellos que era casi todo lo creyente la crencia en el mundo español, en el mundo europeo es de origen árabe los griegos por supuesto también un esperpento luego las civilizaciones o las creencias no tienen nada de financiación solo es un modo del mito o la mitología es consecuente con la misma intencionalidad y con la misma estructura de poder y de desequilibrio de los valores que deberíamos estar poseyendo desde hace tantísimos siglos
Sí, la idea de que las sociedades indígenas vivían en una armonía perfecta es un mito romántico. La realidad es que, como en todas las civilizaciones humanas, había conflictos, guerras y relaciones de poder. Algunos pueblos dominaban a otros, practicaban la esclavitud o incluso el sacrificio humano, no muy diferente de lo que ocurría en el resto del mundo.
Lo interesante es que la noción de lo "salvaje" ha sido manipulada desde una perspectiva eurocéntrica, como una manera de justificar la conquista y la imposición de un sistema de valores ajeno. El cristianismo, que se presentó como un modelo de "civilización", no solo era importado, sino que estaba lleno de elementos árabes, judíos, griegos y de otras culturas antiguas, muchas veces reinterpretados o distorsionados.
Al final, las creencias y mitologías han servido para estructurar el poder más que para liberar a la humanidad. La gran pregunta es: ¿cómo hemos permitido que los mismos mecanismos de control se sigan repitiendo durante siglos? Desde los imperios antiguos hasta el capitalismo moderno, el mundo sigue atrapado en estructuras de dominación que parecen inevitables.
Tal vez, más que mirar el pasado como una utopía perdida o como un desastre inevitable, lo que hace falta es rescatar lo que pudo haber sido diferente, lo que quedó enterrado bajo siglos de imposición, pero aún late en ciertos lugares. Quizás la clave no esté en las religiones ni en los mitos, sino en una nueva forma de relación humana que no necesite de esas estructuras para sostenerse.
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