VERONA

Un anuncio publicitario deja entrever  a la bella ciudad de Verona
Un anuncio taquígrafo, una especie de alacrán meneandose venenosamente
Un anuncio color sangre quemada, luciéndose , espurriéndose en el negro tímido
Un anuncio de rastros soleados, quimericos verdugos cinegéticos estrujando las sombras
Un anuncio atrapado, vicioso, desmembrando locuras, transgresiones, manotazos...
Un anuncio despierto sin puertas, alargando el rostro de los ríos rotos
Un anuncio castración
disyunción en la piedra
nunca agonizando.
Solo Verona y Dios persiguiendo al pez del gato.

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